Entre aplausos, acude Lujambio a su última sesión en Senado

25/09/2012 - 3:16 pm

México, 25 Sep. (Notimex).- Entre aplausos, Alonso Lujambio fue recibido y despedido en su última sesión en el Senado. Su esposa, Tere, acarició su rostro plasmado en una gran fotografía colocada junto a su ataúd.

Alonso Lujambio arribó puntual a la sesión solemne donde ya lo esperaban todos los legisladores, amigos, familiares, sus hijos y compañeros en la Secretaría de Educación Pública (SEP), el IFAI y el IFE. “Era un hombre de Estado”, resumió su coordinador y amigo, Ernesto Cordero.

A las 13:46 ingresó al Salón de Plenos por la puerta principal y con dificultad atravesó por el pasillo derecho el recinto. Esta vez no en silla de ruedas, sino en el féretro de caoba.

Ya lo esperaban su esposa Tere, sus hijos Íñigo, Tomás y Sebastián. Todos de pie mientras colocaban el lábaro patrio con la siglas del Senado de la República. Frente a él un gran crespón negro y otro más en la que fue su curul durante 25 días, donde puntual y a pesar de su estado de salud, acudió a laborar.

Las senadoras y los senadores de todos los signos políticos, casi todos de riguroso negro, en silencio después de los aplausos, escucharon al coordinador panista, Ernesto Cordero, quien hizo una semblanza de Alonso Lujambio.

“Gracias Alonso por tu valiente tenacidad y por tu amor a México. Alonso Lujambio vivirá en sus legados, en sus obras, en varias generaciones de alumnos y en muchas generaciones de mexicanos. Descanse en paz”, remataba Cordero ante un sonoro aplauso.

Después, las guardias junto al ataúd. Primero su esposa Teresa, sus tres hijos, los padres de Alonso. Los pupilos, dos de ellos aún adolescentes, con el dolor reflejado en el rostro, despidiendo a su guía, a su ejemplo.

Tocaría al turno de los senadores del Partido Acción Nacional (PAN), más que ello de sus amigos, encabezados por Javier Lozano, María Luisa Calderón, Roberto Gil Zuarth y Salvador Vega Casillas. Después de la guardia, el pésame a la familia, los abrazos, las palabras, el recuerdo.

Seguirían los priistas, los perredistas, los ecologistas y los petistas en ese desfile ante el féretro. Lo mismo la ex velocista Ana Gabriela Guevara, que Alejandro Encinas, Pablo Escudero, que la secretaria general del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Cristina Díaz.

La última guardia la hicieron el dirigente nacional del PAN, Gustavo Enrique Madero; la presidenta del Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI), Jacqueline Peschard; y el presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), Leonardo Valdés Zurita.

El Himno Nacional estalló en el recinto para despedir a hombre que construyó instituciones, como lo dijo Cordero, pero fueron estrofas tristes, entonadas por todos, pero sobre todo por los hijos de Alonso.

A las 14:21 concluyó la sesión y estalló un nuevo aplauso. El de la despedida. Alonso recorrió el pasillo a paso lento, con dificultad por los estrechos pasillos. Involuntariamente se detuvo la comitiva que cargaba el ataúd frente a su escaño; donde su vecino Ernesto Ruffo, lo despedía como todos con aplausos.

Tere, su compañera, acompañada de sus hijos y de Ernesto Cordero, se disponía a abandonar el recinto; se detuvo un momento frente a la fotografía de Alonso, le tocó amorosa la mejilla y emprendió la salida del recinto senatorial que despedía con aplausos al senador Lujambio en su última sesión.

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